jueves, 28 de septiembre de 2006

LA HOJARASCA

En apenas dos páginas describe García Márquez la invasión de un pueblo por el malhadado progreso de una forma magistral; con tanto realismo que las imágenes del atropello se quedan grabadas en la retina y dibujan marcas indelebles en la piel.
La hojarasca, ese huracán de materia orgánica que lo inunda todo, hasta la asfixia, me hace pensar en la forma en la que llegan muchas personas a las vidas de otras. Contaminando el aire y el espacio; robando minutos al tiempo; estrechando distancias hasta lo indecible. Y cuando se va, cuando vuela para asentarse en otros territorios, deja el vacío, la desolación, el recuerdo dañado y la memoria impregnada del salitre del desamor.

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