domingo, 21 de octubre de 2007

Cómo no..., arderás en las llamas del infierno

En unas horas iba a reunirme con Dios y no tenía ganas. Durante todo el mes había asistido a unas clases de catequesis impartidas por el padre Adolfo, el mismo que dentro de poco introduciría en mi boca la hostia sagrada oficiando así mi comunión con Dios.

Yo era demasiado joven, una niña, y muy desconfiada; no me gustaba la forma de acercarse del padre Adolfo, esa amabilidad excesiva que a veces le convertía en un ser repulsivo a mis ojos; tampoco creía nada de lo que salía de su boca porque aprovechaba todas las oportunidades para hacernos sentir vergüenza de aquello que él tanto anhelaba. El largo mes de esquivos a las ágiles manos que caracoleaban entre nuestras faldas con la connivencia del sagrado sacramento había desembocado en esto, un traje demasiado llamativo para mi gusto y más confusión si cabe acerca de la verdad, la fe, la religión..., y eso no era bueno.

Llegado el día, a las niñas nos vistieron de novias antiguas y a los niños de marinerito o fraile según los gustos paternos, y nos sentaron en los bancos con el respaldo de familiares que desde atrás vigilaban el gran momento. Yo me afanaba en intentar recordar qué es lo que había que decir antes y después de la comunión, y sentía pudor de mí misma, sobre todo por el gorrito, pero nada de esto lo había confesado al cura a primera hora de la mañana, preferí hacer uso de los pecadillos más recurrentes e inocentes, no era plan de tener que vérmelas de nuevo con el padre Adolfo y a solas para recordar.

Intimidada por la situación no me percaté que ya había comenzado el acto y mis compañeros circulaban de uno en uno camino del altar mayor donde esperaba el padre Adolfo y un monaguillo que no conocía. Me levanté y me puse en la cola intentando que la de delante me chivara. Nada. Opté por escuchar con atención a ver si me venía algo, y sólo murmullos que no llegué a identificar.
Cuando me encontré frente al padre Adolfo me sudaban las manos y el cogote. Él me acercó la oblea a la boca y yo, trastabillando palabras incomprensibles, no acerté a abrirla a tiempo y cayó al suelo. Colorada como un tomate oí risas de mis compañeros y al padre Adolfo que susurraba entre dientes cómo no, cómo no... Aterrada esperé a que cogiera otra y esta sí, ésta entró como dios manda, y yo pude volverme a mi sitio donde permanecí de rodillas y mirando hacia abajo pensando todo el rato cómo ardería en las llamas del infierno, con traje, y gorrito, y todo.
PD: No ardí, lo superé, pero las fotos estuvieron desaparecidas muchos años.

22 comentarios:

Makiavelo dijo...

Comulgar no debe dar miedo, un cura tal vez, lo comprendo, siempre vestidos de negro y tan tocones ¿verdad? Siempre la misma historia: tocando por aquí, por allí, y venga tocar. No sé porque no se tocan entre ellos, siempre con los más débiles.
El padre Adolfo era otro sátiro que ahora estará chamuscándose en el infierno.
Prueba a comulgar ahora y buen provecho.

Anónimo dijo...

La culpa, la culpa.
Culpa propia, cuando el bocado se le cayó al otro. No, mi vida. Ese hombre no sabía darte algo purificado.
Por su culpa, por su culpa, por su gran culpa.
¿Y qué culpa tendría el pobre Cristo, un militante torturado hace 2000 años por culpas ajenas, de las culpas de estos sacerdotes que nos transmiten culpa?
Yo te declaro inocente.
Y cuando ardas, estarás en el Cielo.

Isabel chiara dijo...

Makiavelo si se hubieran esforzado sólo un poco en transmitirnos la fe de buenas maneras otro gallo cantaría; pero no, utilizaban el miedo, la culpa, el pecado, y todo eso a mi no me sonaba bien, y ya a esa edad me revelaba contra las amenazas y la estética (es que el gorrito manda narices).

Seleccionator me gusta el juego de palabras con la culpa y así se ha escrito la historia de estos señores achacando a los demás lo que ellos han hecho, y encima amparándose en jesucristo, que si llega a saber...

besos

Carlos Paredes Leví dijo...

El miedo siempre ayud� a mantener unido al reba�o..

Monica dijo...

El miedo siempre el miedo, en vez de mostrarnos un Dios bondadoso, nos mostraban un hacedor de castigos ante nuestra más pequeña falta.Ni hablar de sexo!!todo lo que tenía que ver con el placer, estaba prohibido, yo recuerdo que había una lista de libros que no se podían leer y uno de ellos era " La vida de las abejas " por supuesto no era una novela, sino en forma detallada como se administraba un panal con zángano incluído.
Nuestros queridos curas tan pacatos y después se descrubían sus amoríos con algunas solteras del barrio.
Mis hijas se criaron con normas totalmente diferentes, con sacerdotes que se inmiscuían en los problemas sociales " sin culpa ", con charlas libres, con salidas grupales destinadas a ayudar al prójimo.
Eso no significa que todavía no quede en nuestros inconscientes guardadas todas las normas que nos precedieron y que nos hace pensar muchas veces, que no llegaremos al cielo prometido si nos portamos " mal"
Besos

Isabel chiara dijo...

Ahí va Carlos con miedo no se cuestiona nada, ni se actúa, se deja uno llevar donde manden. No sé si has visto el video grabado en el metro de Barcelona de un indeseable pegando a una chiquita porque tenía que demostrar la superioridad de su mala hostia. Me ha indignado, me ha dolido en lo más profundo, y más si cabe que las personas que estaban en el vagón no han hecho un solo gesto ni han movido un dedo. El miedo dirán, la falta de sangre diría yo.

Un beso

Isabel chiara dijo...

Será Mónica porque las abejas también copulan, y alguien les dijo que había una, la reina, especialmente viciosa porque se lo hacía con todos los abejorrillos. Y quién les prohibía a ellos conocer para prohibir? Siempre me lo he preguntado.

Un beso

Carlos Paredes Leví dijo...

S� vi el v�deo del valiente abusando de quien puede y poniendo de relieve su propia debilidad. Esos son los que est�n emparentados con los maltratadores de esposas y de animales.
Me encantar�a tener a uno delante para partirle la cara personalmente.

NoSurrender dijo...

Qué siniestro el cura, Dios mío!

Que poca psicología tienen algunos. Mi hijo mayor no la va a hacer, eso espero :)

Luci dijo...

ummm... ustedes dan demasiada trascendencia a los ritos religiosos.

Comulgar es tan simple como respirar, como casarse, como morirse.

No alarmemos a los m�s j�venes.
La tonsura del Vaticano es lo que m�s molesta.

Rafa dijo...

Los dioses que mandan a la gente a los infiernos, son meras invenciones de los hombres, el Dios en que yo creo está por encima del cielo de la tierra y de los infiernos...

Un beso

Sibyla dijo...

Leyendo tu relato, me veo reflejada,
invadida por el miedo del fuego llameante que me esperaba en el infierno para siempre jamás....
También me sentí ridícula, ese día que debería ser muy especial para mí,
vestida de hábito con una enorme cruz de madera colgando en el pecho....
ya me dirás ¡qué cuadro!.
Menos mal que me deshice de todas las fotos,y de todos los engaños y supersticiones.
Todo esto formaba parte de la España "cañí".
Amiga, mil besos.

Isabel chiara dijo...

Carlos, me uniría la primera para patear las indignas gónadas de ese cabroncete cobarde. Esta noche me he despertado varias veces con la imagen del animal, tan gratuita..., y ando buscando el video (ayer aparecía en la edición digital del país) porque quiero ver la cara del tipo. Estoy con un cabreo de la leche.

Isabel chiara dijo...

A mí me molesta la estupidez mental, la hipocresía de unos tipos que se meten en todo menos en lo que deben, y que no predican con el ejemplo. Ahora tenemos unos cuantos de éstos rulando por la conf episcopal, que mucho cabreo y darle al pico pero que no me quiten la subvención.

Este verano, el cura de un pueblo muy concurrido y popular de por aquí decidió rescindir dos misas diarias porque trabajar 4 horas al día era agotador, y hacía calor y se estaba mejor en la playa. No te jode... , y los fieles (que lo aguantan) tan panchos.

Lucía, a mí me molesta que vivan del cuento, de un cuento que se han escrito a medida, y que ni ellos mismos se creen, y visto está.

Muchos besos (sigo con entusiasmo las confesiones a la mina)

Isabel chiara dijo...

Dios está donde cada uno considere o crea necesario; pero me temo que ése del que hablan tanto anda amnésico, o se ha ido a otra galaxia más pacífica.

Un beso halatriste.

¿por qué con h?

Isabel chiara dijo...

La mía no la hizo Lagarto, porque no quiso, y me pareció estupendo. Si hubiera querido, no sé, me habría puesto en un gran aprieto.

Isabel chiara dijo...

Ahora Sibyla le venden la moto a los niños y se los trajinan con celebraciones a lo bestia, regalos y viajes prenupciales a diysneyworld, y casi todos caen, es la era del consumo y ellos las principales víctimas. Pero lo de los trajecitos que tuvimos que soportar tiene miga. Ya he dicho que lo superé pero me costó limpiar esa imagen de ridículo. Tú sabes de lo que hablo.

Muchos besos amiga.

Makiavelo dijo...

Hoy ha salido en tele5 la cara del bicho y denota que aún no está vacunado. Ahora pone la excusa de que estaba borracho, el muy canalla. Pásate, te he dedicado el post que acabo de colgar.

Saludos

TEA CUP CLUB dijo...

Nunca habia pasado a tu blog y me he quedado fria con esto que has contado. SAbes que cuando yo estava en la primaria habia un padre, el padre Magonni, y las monjas eran alemanas. Recuerdo ver como toco a muchas de las que ivan a recibir catesismo y con miedo, pensava entre mi que y si trata de hacerme algo? bueno ese dia llego y que crees al primer intento de querer tocarme mi pierna volo en el aire y los de abajo le quedaron de amigdalas, me expulsaron pero antes de eso las monjas me pusieron de rodillas en frijoles y con dos biblias a los lados, cuando mi padre llego por mi, casi le da ataque, les dijo hasta de lo que se ivan a morir y le pedi favor a mi papa que nunca, nunca mas me pusiera a estudiar con monjas y curas, porque me dieron siempre miedo, luego a este padre lo sacaron del Saleciano porque una estudiante resulto embarazada de el, esto les digo en los 70"s decir alguien lo que ellos hacian, NO LO CREIAN y lo OCULTAVAN muy bien. Yo quiero mi religion, pero mi religion, no al hombre que esta con la sotana o la monja con el habito....

Isabel chiara dijo...

Qué hay Tea cup, al menos tu padre fue enrollado y te sacó de la lujuria del convento. En todas partes cuecen habas que decimos aquí, y estos señores y señoras con problemas de calentura deberían repasar sus conciencias y sus vidas y plantearse otra dedicación. Si uno entra en capilla sabe lo que le espera, y si su naturaleza le impide la castidad que se vayan a otro lado y dejen de joder.

Un beso, voy a verte.

Leuma dijo...

Superar los "traumas" ideológicos o vivenciales de la infancia cuesta, parece que éste te marcó durante un tiempo. Pues nada, a beber mucha agua, que seguro evitará ese fuego, :), un beso

Isabel chiara dijo...

No sabes cómo, fue un suplicio y para colmo mi madre enmarcó la foto hasta que la hice desaparecer. Pero prueba superada, ahora me encanta verla.

Besos