domingo, 1 de julio de 2007

Perfect day

Ella se despide con la mirada vacía, estéril
como si la única memoria de sus ojos
hubiera muerto antes que yo.

Hoy es un día perfecto.

La luz se va perdiendo
por los entresijos de la ciudad,
y ella saca los dientes
ávidos de humo y de carne,
huérfanos de lengua y de voz.

Hoy es un día perfecto.

Aletea ruidosa sus alas
atrapando miradas vacuas, innobles,
aireando el escenario
de la divina comedia.

Y entre las sombras inquietas
reconozco la mía
atrapada en un dorado corsé
dispuesta a ser devorada.

Hoy es un día perfecto.



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