jueves, 15 de noviembre de 2007

SOUL SACRIFICE

Levantó la copa, la ofreció al aire cálido de aquella mañana de marzo, y la vació de un trago. Llevaba cuatro, cinco, no sabía..., la botella de tres cuartos daba las últimas boqueadas reteniendo a duras penas el dedito de licor que brillaba al fondo. Tuvo miedo de echarlo todo a perder, demasiada bebida y la noche no había sido buena consejera avivando recuerdos y soliviantando la apática armonía que se vivía en aquella casa. Pero pensó a la mierda con todo, ésta va a morir aquí, ahora mismo, y llenó de nuevo el vaso.
A menos de dos horas para el sacrificio todos se afanaban en la casa corriendo de un lado a otro, organizando los últimos detalles de la ceremonia, perfumando sus trajes impecables; todos menos su madre, que miraba de soslayo la vacua botella sin decir nada, sólo observando y negando con la cabeza desde la puerta de la habitación. Miraba y negaba, sin hablar, a sabiendas de que su silencio empujaba la daga que pronto se hundiría en el hermoso y delicado cuerpo de su hija que, tras apurar el último vaso se levantó de la cama y cerró la puerta con vehemencia y con la autoridad que emanaba del sedoso licor.
Después se dirigió a la cómoda donde guardaba la ropa interior en un estuche de terciopelo; colocó las prendas sobre la cama y pulsó el play del reproductor musical. Ni una palabra, ni una sonrisa hasta el momento había conseguido romper la horizontalidad de su boca; soul sacrifice y una mueca de placer recorrió el rostro y se extendió a todo su cuerpo que giraba y giraba acompasado al metal y la percusión. Recordó a Joao y sus paseos por el chiado, y esa forma de bailar decadente semejante al tránsito del tranvía, lento y acogedor.
Se alisó el pelo y terminó con los preparativos, un vestido blanco y unos zapatos de tacón entelados. Abrió la puerta y todos dirigieron la mirada hacia ella; apenas podía reconocer las frases de admiración porque ya nada importaba, iba camino del altar donde un flamante marido aguardaba ansioso con una cinta de camela en el bolsillo.

19 comentarios:

Carlos Paredes Leví dijo...

Un texto interesante. Me inquiet� eso de la cinta de Camela en el bolsillo, algo tan bizarro como que semejante grupo grabe con la Filarm�nica de Bratislava. Por otro lado y con relaci�n a las copas, voy a repetir una frase ya muy trillada: que nos mate el alcohol ya que el amor no pudo.

Un saludo.

Anónimo dijo...

La suegra la ve atravesar lentamente la iglesia, desde la calle hasta su hijo. El órgano quiere interpretar a Bach, los invitados quieren sentir alegría, la novia quiere caminar derecho, en línea recta hacia el altar.
La suegra miraba y negaba, sin hablar.

Sibyla dijo...

Parece que la novia no estaba muy convencida del paso que iba a dar...
Tuvo que tomar mucha anestesia alcohólica para no desistir...
El detalle de la cinta de Camela(supongo que es el grupo musical, del que se vendían sus cintas en las gasolineras)en el bolsillo, dice mucho del tipo...
Continuará la historia?
Amiga, besos.

Isabel chiara dijo...

El futuro marido deja mucho que desear, y ella, que compara camela con soul sacrifice no puede hacer otra que exorcisar sus penas con ese que todo lo apaña. Así, calentita, camina de blanco hacia un futuro bastante negro.

Un saludo Carlos

Pd: Soporté durante 7 meses a unos vecinos fans de camela y amantes de los decibelios destrozaoídos.

Isabel chiara dijo...

Selec, la suegra callaba, miraba y negaba, igual que su madre. Entre menudas arpías se encontraba la novia. Y todos tan contentos sin saber lo que ella guardaba en su interior. Pero se enterarán, no te quepa la menor duda.

Un beso

Isabel chiara dijo...

Intentaré que la novia me cuente de la noche de bodas y la luna de miel, a ver si la cojo achispada (por eso del caldo que ingiere) y le saco detalles de su vida futura. Cuando sepa te cuento.

El tipo, un impresentable.

Un beso Sibyla

Carlos Paredes Leví dijo...

Isabel:
Me temo que deber� agarrarla m�s que achispada porque hay cosas que es mejor mantener en el silencio y el olvido....
Me da que el tipo es de los que se acuesta con calcetines y tiene las u�as de los pies como mejillones.

Isabel chiara dijo...

La novia se conforma, de momento, con su amiga jb, pero en el momento menos pensado puede agarrar la botella por el gollete y darle una ración extra de camela al flamante esposo. En efecto, se acuesta con calcetines porque más que uñas me han dicho que tiene garras.
Veré si puedo sacar más información del muchacho, a ver qué otros vicios prodiga.

Un saludo

unServidor dijo...

¿Y qué la obliga al casamiento? ¿Esto no es el siglo XXI, primer mundo...?

Intriga...
Suspenso...

;P

makiavelojohn dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Makiavelo dijo...

Creo que en fondo puede tratarse de una boda por interés económico, y que la moza en cuestión se sacrifique al son de Camela y deje a Santana aparcado para sus momentos de intimidad.
Quizás, el futuro marido sea un macarra de barrio, pero bien le puede merecer la pena sacrificarse ahora un poquito, invertir, y asegurar un buen divorcio o una pensión vitalicia.
Talvez sólo se emplee la cinta de Camela para amenizar el trayecto desde la iglesia al lugar del banquete.

Muchos interrogantes ¿Dónde vive la niña?

Isabel chiara dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Isabel chiara dijo...

Selec, la niña se casa porque el tipo era el novio de toda la vida. Hasta aquí sé de momento. Pero creo que hay más. Yo sigo con mi investigación del asunto, y es posible que en un futuro la novia termine cantando bulerías en un tablao flamenco de Tokio.

Makiavelo, la niña, de momento, no parece que lo haga por interés económico, aunque ahí podría estar el fondo del asunto...
Lo de camela sirve al novio para aplacar sus nervios el día de la boda. La erudicción de las letras del magnífico trío actúa de efecto calmante en el pobre chico. En el banquete se oyó una selección magnífica que comenzó con el tengo un tractor amarillo y culminó con opá voy a jacé un corrá. ¿Sabes ya de dónde procede la niña?

(a Santana lo conoció en un vuelo Málaga-Londres).

Un beso a ambos.

Eva dijo...

Eso de la cinta de camela en el bolsillo me resulta lo más parecido a una pistola auditiva. Tiene pinta de maltratador psicológico. No sé, veo poco futuro a este matrimonio. ¿Habrá continuación o se queda en un final abierto?

Un saludo.

Isabel chiara dijo...

No es maltratador Eva, es simplemente imbécil, lelo, cortito, por eso digiere los mensajes de camela sin dificultad, se los traga sin más. El futuro no lo veo yo muy halagüeño para ambos pere vete a saber, a lo mejor el novio estimula la parte más macarra de la chica. Ando atareada a ver si consigo información de calidad y os cuento.

Un beso

Carlos Paredes Leví dijo...

Tienen un futuro tan poco halagador, que no me atreve a darle m�s de treinta a�os de estar juntos...

Isabel chiara dijo...

Jajaja, coño Carlos, ese es el término medio del matrimonio entreverao, uno va sin muchas ilusiones pero una vez mojado tira palante hasta que un día se arma de valor y se pone a secar al sol(como las mojamas, porque después de 30 ya me dirá).

Leuma dijo...

Es un final inesperado, sonaba a sacrificio ritual de doncellas!. hay varias decisiones importantes en la vida: hijos, trabajo, casarse,..creo que si en esas decisiones te equivocas rectificar luego es doloroso, pero errar sabiendo de antemano que es traicionarse a sí misma es un poco masoquista, no?, un abrazo

P.D. Quedaremos en el eventoblog?

Isabel chiara dijo...

La novia de mi relato está un poco desconcertada Leuma, y se ha metido en la boca del lobo por una inercia que le pasará factura.

Quedaremos en el evento, voy a mirar la fecha y te digo.

Un beso