lunes, 30 de junio de 2008

SERÁ YA COMO SEA

Será ya como sea.
Tal vez me estalle el cuerpo todo lo que he esperado.
Me comerás entonces dulcemente pedazo por pedazo.
Seré lo que debiera.

Tu pie. Tu mano.

Juan Gelman

A las 8,45 tengo cita con el cirujano. Entro en la sala de espera del hospital un cuarto de hora antes, por si tengo suerte y termino pronto. Me repelen los hospitales; los médicos también. Enfrente dos señoras mayores me interrogan: ¿para qué hora es su cita?, me dicen, y aclaran: nosotras tenemos para y media pero el doctor no ha llegado aún. Mal comienzo, por el retraso y por las ganas de charla de esas dos, que en breve me relataran con detalle el origen de sus males, el punto exacto de sus dolores rompiendo el silencio de este sacro lugar. Saco un libro de relatos de Óscar Wilde, para intimidar.

Las 9,30 y sigo allí sentada. El aforo ha crecido; ahora una pareja se sienta al lado y discute las fechas más idóneas para ir a comprar el regalo del niño. El malestar crece a medida que se desarrolla la conversación: él ya ha quedado para ir a pescar el viernes; ella había pensado que el viernes… El enano se está muriendo al ver su cara reflejada en el espejo. Llegan el médico y la enfermera. Tienen prisa.

9,50, a punto de quedar con la señora de al lado para comprar el viernes el regalo del niño. Salen las dolientes y la enfermera pronuncia mi nombre.

- Buenos días.
- Buenos días, siéntate y cuéntame qué problemas tienes.
- Sólo tengo un problema…
- No, tienes más. ¿Qué te pasa?
- Dudo que tenga tiempo de oír ninguna historia. Los de ahí afuera están que arden… y con la horita a la que ha llegado…
- ¿Ves, Dolores? Ésta es de las tuyas, una joía –le dice a la enfermera, sonríe y me coge la mano-.

Tengo un problema de salud sin importancia, aunque recurrente, y según la eminencia yo misma me lo provoco. Me dice que la rabia busca conductos para salir, y yo los bloqueo, los ignoro. En ese momento siento que algún día mi cuerpo estallará. Pero cómo le cuento que no encuentro un maldito segundo de soledad para aullar, para llorar, para maldecirme por no haberlo protegido, para decirle que lo siento y que no encuentro los trozos que voy dejando esparcidos por la calle cuando salgo a buscarlo.

16 comentarios:

Carlos Paredes Leví dijo...

La amargura, la frustración y la culpa hay que explotarlas como una espinilla. De lo contrario, crean un pus infeccioso que nos devora, de a poco, pero dolorosamente, sin prisa pero sin pausa.
Salga a pasear al campo y llore un poco (no es un consejo, sino una observación).
Un abrazo.

Eva dijo...

¿Has leído "Usted puede sanar su vida" de Luoise L. Hay? Yo soy muy escéptica para este tipo de cosas que yo llamo, imagino que equivocadamente, "remedios new age". A mí este tipo de literatura, sus consejos y enseñanzas no me solucionan las cosas, pero conozco casos que sí les han ayudado.

Mucho ánimo, maestra.

Besos.

Makiavelo dijo...

Isabel, si te sirve de consuelo yo también ando de médicos, y estoy conviviendo con el personal adicto a las consultas -toda una experiencia muy enriquecedora-.

Esto de que uno se causa algunos males viene de antaño, hasta en los episodios de los simpsons se refleja el tema.

Piensa en positivo, que todo se cura.


Besos.

Isabel chiara dijo...

Me siento tan mal, Carlos, y guardando la compostura para no molestar que sólo necesito una hora en algún lugar para expulsar la rabia, el dolor, la pena.

Sigue sin aparecer y lo peor es que aunque intento pensar que anda por ahí haciéndole la ronda a una gata cachonda, me vienen imágenes turbias. Y no lo puedo remediar.

Un beso

Eva, conozco ese tipo de libros, un familiar muy cercano se llevó años abusando de lecturas "positivas". Tu definición es buena, supongo que la ayuda viene de la sugestión, de la ilusión de que la felicidad está dentro de ti pero tú no eres buen rastreador y necesitas de un boyscout que te enseñe los trucos. No sé, no conozco en concreto ese libro, pero creo que si dispongo de un espacio y tiempo privado conseguiré mejorar y no invadir mi cuerpo con mierdas que no sirven para nada.

Mi gato desapareció y no me lo puedo quitar de la cabeza. El texto, verídico (el cirujano al final era un tipo simpático y hablamos largo y tendido), es el primer intento de solucionar la cosa.

Un besote.

Isabel chiara dijo...

Precisamente, Maki, le contaba a Eva en un mail lo del episodio de los Simpsoms de este sábado, que supongo será al que tú te refieres. Ya sé que todo se cura, soy consciente de que el tiempo alivia, pero no puedo evitar sentirme como una soberana mierda.

Un beso

Makiavelo dijo...

Siento mucho lo de tu minino, estoy preparando mi revancha literaria.

Ánimo y besos.

Gi dijo...

A veces es necesario transcurrir esa angustia y respetarla, hasta que solita se vaya. Todo tiene su tiempo, hasta el dolor.
Ojalá pase rápido
Te deseo lo mejor

Sibyla dijo...

Chiara, en una película (no recuerdo el nombre), la protagonista estaba tan angustiada y desecha, que para eliminar su amargura se le ocurrió ir con el coche al tunel de lavado, y durante el tiempo que duró ese trayecto, ella metida dentro del coche, mientras los cepillos giraban alrededor del auto haciendo un ruido ensordecedor, empezó a gritar, chillar y maldecir, dando golpes y desahogando toda la impotencia que llevaba dentro...Escogió de esa manera su segundo de soledad para poder aullar, sin ser vista ni oída.

Presiento que unos días alejada y disfrutando de las aguas de un balneario, te dejarían como nueva.

Mis mejores deseos para que puedas resolver los dolores del alma.

Un abrazo enorme querida amiga:)

Isabel chiara dijo...

Luz, tiene siete años y es un tontorrón, por eso ando tan preocupado. Ya tuve una tremenda experiencia con su hermano Julio, un precioso gato negro que llegó a casa sólo un mes antes que Clarito y se escapó la nochevieja para no volver (con sólo año y medio y ya un glofo de campeonato). Lo más triste es que al cabo del tiempo nos contó un vecino que esa misma noche lo había atropellado un coche y lo echaron al contenedor de basura. Imagínate el dolor.

Muchísimas gracias y un beso


Siby, llevo todo el día escribiendo y dibujando (hoy me he dado de baja yo solita) y con las últimas noticias de que lo han visto y el descanso ando mejor. De todas formas estoy pensando pillar el coche y darme un paseo por la S30 pa berreá un ratito.

Nació en mi calle y los coches atropellaron a todos sus hermanos menos a él que se escondió en el motor de un coche abandonado. Era agosto y casi a punto de morir de calor una vecina me lo trajo y lo adoptamos. En los primeros post hay una foto suya retocada.

Un besote.

Juan Pablo dijo...

Me pusiste la piel de galina porque no pude dejar de ponerme en tu lugar, porque si algo le sucediera a mi pelucón me muero, cortito.
El caso del extravío de los gatos es distinto, porque yo lo he vivido varias veces: desaparecen por un tiempo para hacerse extrañar un poco, y al tiempo regresan, como si tal cosa, a recoger su cariño.
Quedáte tranquila Isa, te aseguro que vá a aparecer.

Besos y abrazos.

Isabel chiara dijo...

Eso espero Juan Pablo, porque de momento mucho ruido y pocas nueces. Y no hago más que acordarme de él. Ya hace 24 días.

Muchas gracias y un besote

Sibyla dijo...

Tienes razónChiara sobre Francisco Ayala, cuando escribí el post sobre Rita Leví, no pude evitar que me viniera a la mente nuestro sabio centenario granadino.

¿Ha habido suerte con Clarito?
Fuí a la entrada que me mencionaste, y está precioso, parece una postal de cuento antiguo...

Besotes y mucha suerte!!!!

Isabel chiara dijo...

No hay manera Sibyla, no aparece. Anoche estuvimos dando vueltas con el coche por todo el barrio y nada. Mañana me acercaré a preguntarle al veterinario por si sabe algo.

En la foto está precioso y lo mejor que tiene es su carácter, por eso me preocupa.

Ayala, además, es un encanto de persona. En esa conferencia de la que te hablé se llevó a todos de calle. Los chicos jóvenes alucinaban (yo andaba en esa época acoplándome en la treintena).

Un beso y gracias.

unServidor dijo...

Isa, Internet nos acerca pero en estas situaciones es donde noto la maldita distancia: ¿qué podría hacer por tí?
Te mando un beso y un abrazo.

Isabel chiara dijo...

Muchísismas gracias Servi, ya lo has hecho todo. Sabes lo peor de todo ésto? que tienes que seguir sin preocupar demasiado a los demás (que andan igual) y a veces parece todo una absurda pantomima, nos esforzamos por hacer ver que todo va bien y no es así. La puta contención te hace polvo.

Seguimos buscando.

Isabel chiara dijo...

Un beso fuerte, Servi, y de nuevo muchas gracias.